jueves, 20 de marzo de 2014

AYER TUVE REVISIÓN

Tenía oncóloga, todo fue muy bien. Ella es encantadora y te transmite las cosas con claridad y con tranquilidad.
Las analíticas están bien y notición esperado: soy una mujer menopaúsica. Por ello el tratamiento con tamoxifeno me lo ha cambiado a otro tipo de hormona con efectos secundarios parecidos.
Lo peor en este momento es el cansancio y los dolores musculares y articulares. Claro que teniendo en cuenta que solo hace 2 meses que terminé todos los tratamientos, que el tratamiento oral que tomo tiene esos efectos secundarios y que soy menopaúsica pues ella veía de lo más normal lo que yo le describía.
En el aspecto laboral me dijo que todavía era pronto, los meses después de los tratamientos son durillos, las defensas todavía están débiles y son bastante frecuentes distintos tipos de infecciones (cándidas, cistitis, herpes,...).
Realmente me hizo consciente del poquito tiempo que ha pasado pues mi mente situaba la quimio como algo ya de mi pasado más lejano. Supongo que es un mecanismo de defensa y que la memoria olvida rápidamente lo malo.
En un mes me volverá a ver para valorar el nuevo tratamiento oral.
¿Sabéis una cosa? Ayer no tuve miedo, estaba segura que todo estaba bien.


HISTORIA DE UNOS RIZOS..

Aunque os he ido contando cosillas del devenir de mis pelos durante todos estos meses, voy a recopilar aquí toda la historia para demostrar a todas las mujeres que estén comenzando un proceso similar que todo pasa, pero que es cierto, el pelo sí es importante.
Yo siempre he tenido algo en mi cabeza que me caracterizaba y me hacía rápidamente reconocible: MIS RIZOS. 
Cuando me confirmaron el carcinoma y aunque todo el mundo te dice que "eso no es importante, el pelo crece otra vez", tú, que estás con una tormenta interna que no hay quien ordene, no puedes evitar adelantarte a los acontecimientos y verte calvita. 
¡Dios!, ¿qué voy a hacer?...
Durante semanas no me confirmaron el tratamiento con quimio e internamente me daba por "salvada", aún así, después de la cirugía (23 mayo) y mientras venían los resultados y me decían qué tratamientos me tendrían que poner, decidí cortarme el pelo casi, casi "a lo chico". 
Mi imagen en el espejo era distinta, me recordaba a mis tiempos de cole, pero ¿sabeis qué pensé?: "Oye, estoy guapa, me parezco a Antonia D´Late" (no se si se escribe así), bueno, no salía mal parada.
También miré una opción de pañuelos con pelo que una peluquera había diseñado.
El 2 de julio el cirujano me confirmó los 6 ciclos de quimio que me iban a poner. La oncóloga me dijo que podía ser que no se cayera todo el pelo... y yo me repetía esa frase como un "mantra".
El 3 de julio me pusieron el primer gotero, cada día vigilaba la almohada y respiraba tranquila  al no ver pelillos, en el espejo me pasaba la mano por la cabeza y satisfecha me decía que allí continuaba el pelo.
Durante estos días comencé mi recopilación de pañuelos, cajones de amigas y tiendas de chinos del barrio.
El 14 de julio ingresé 4 días con una bajada de defensas, en el hospital comencé a percibir que una leve caricia al pelo suponía quedarme con varios de ellos en las manos, en esos momentos todo me daba un vuelco y delante del espejo hice mil veces "la prueba del algodón", ...
La gente que me quería decía,"son imaginaciones tuyas", y yo me sentía mejor.
Conforme pasaron los días y ya en casa, estaba cada vez más claro que los mechones en mi mano eran de una realidad indudable además es una sensación que solo puedo definir como horrible.
¿Qué hago? El sábado 20 tengo una fiesta, ¿me va a aguantar así?, ¿cómo voy a ir en este estado de nervios?, ¿qué va a decirme la gente?....
El jueves 18 me fui con mi amiga Mariola a investigar pelucas. Una "agradable" señora en la tienda me dijo muy claramente que si me tocaba el pelo no me aguantaría el fin de semana.
Salí de allí hecha un mar de lágrimas y con un montón de decisiones por tomar: ¿qué hago el fin de semana?, ¿me rapo ya o espero?...
Al llegar a casa me ayudaron a aclarar mis ideas y a tomar decisiones: "me quedo en casa el fin de semana", "me rapo la cabeza".
Y así fue como al día siguiente mis dos valientes amigas vinieron a casa (a mí me dio más tranquilidad hacerlo en casa que ir a la peluquería), y, primero con la tijera y después con la máquina me dejaron sin mis adorados rizos.
Soy consciente que cuando me metí a la ducha descargaron sus nervios con un abrazo entre ellas, y es que ¡tuvieron valor!.
En ese mismo momento comenzó mi temporada PAÑUELOS, de todo tipo y color, ya os conté en otra entrada. Aprendí a ponerlos con un poco de gracia y quedan estupendos.
También me decidí por comprarme una peluca pues era otra opción que podía utilizar si en algún momento no me veía con los pañuelos o cuando llegara el invierno. Como intentar imitar mis rizos se nos presentó como imposible, elegí una de pelo cortito y, aunque liso, quedaba genial.
Así pasé el verano y al llegar el mes de noviembre, ¡ostras qué frío en la cabeza!. Hasta ese momento no había utilizado la peluca pues con los pañuelos me sentí super agusto. Fue entonces cuando, a pesar de ciertas opiniones en casa, me decidí a salir con ella y confieso que terminé sintiéndome  bien.
A finales de Enero mi pelo ya llevaba 3 meses sin rapar ( me lo rapé por última vez 15 días después del último gotero), ya empezaba a verse algo más que pelusilla y sustituí la peluca por unas cintas de forrito polar que en realidad eran orejeras y que compré en la feria de artesanía. Me ayudaban a dar un poco de volumen y a abrigar todavía la cabeza.
Así he ido hasta hace un mes aproximadamente donde descubrí que de nuevo mis pañuelos me podían servir. Ahora me los pongo como una cinta, con un nudo al lado.
El pelo sigue creciendo, todavía es una incógnita si están los rizos o no, últimamente me doy un poquito de producto para dar sensación de "alborotado" y ya hay quien me dice que se está rizando.
Con una mirada en la cercana lejanía de todos estos meses siento que no ha sido tan terrible como podía imaginar. Como ya os dije, la frase más repetida ha sido ¡Qué guapa estás Pilar! incluso hay quien me dice que no me lo deje crecer mucho que así me queda mejor.
No sé lo que haré, de momento da gusto verlo crecer y tengo verdadera curiosidad por saber si finalmente van a aparecer los rizos o no.
Si os veis enfrentadas a la posibilidad de raparos, echarle imaginación y como decían en la radio un día: "La prueba definitiva para saber si una mujer es guapa es raparse el pelo y seguir siendo guapa".
Pues eso.









jueves, 13 de marzo de 2014

48

Pues, hace unos días he cambiado de dígito,  ahora son 48, ¿qué sorpresas me saludarán en este nuevo año? Después de lo vivido, ya no me asusto de nada. De momento el tiempo me regaló el primer día de primavera-primavera del año, ¡genial!
Tuvimos cenita con la familia de enfrente en un buffet de pasta, no os podéis ni imaginar los platos de las cuatro criaturas.
Además de estrenar años, desde el último día que me asomé a esta ventanita han pasado algunas cosas más.
Una importante: Paula, mi hija mayor, campeonatos atletismo, 3ª de Aragón en 200 m. juvenil. ¡Campeona! Es alucinante como se entrega en aquello que le interesa y motiva, como es capaz de conseguir lo que se propone.Y como disfruta corriendo ( no se parece a su progenitora).
Ya tengo el vídeo de mi fiestuki. Qué bien me lo he pasado viéndolo.  Es como volver a estar allí. Gracias  Zoilo que te lo has currado y te ha quedado genial. Cuánta felicidad irradiaba todo el mundo, sonrisas permanentes.
Más cosas, he comenzado "mi gimnasia", ¡después de 11 meses!. El cuerpo es sabio y mi espalda y lumbares se han comportado bastante bien durante todo este tiempo, había que dirigir las energías hacia otros lugares del cuerpo. Pero ya tenía ganas de empezar a retomar algún aspecto de mi vida cotidiana. Me vendrá bien para este anquilosamiento general de mi cuerpo los estiramientos y ejercicios. Me sentí bien, la verdad es que parecía que había estado la semana anterior.
Comida con amigos en Epila, siempre un rato agradable y divertido. Qué gusto compartir una vez más la hospitalidad y tranquilidad de Espe y Fernando, el optimismo y risas contagiosas de Mª Ängeles, las reflexiones de José Luis...Reímos, jugamos y algunos ...hasta se disfrazaron, bueno, digamos que lo intentaron. Brindamos por la SALUD que últimamente es mi brindis favorito.
Creo que tampoco he contado que mi amiga Carmen va a tener una nieta, ¡¡ostras cómo suena!!. Los que la conocéis, os la podéis imaginar ya cosiéndole su primer vestidito. ¡Qué suerte va a tener esta niña de tenerla como abuela!, ¡Cuánto podrá aprender de ella! Mujer fuerte, emprendedora, cariñosa y llorona, preocupada por su familia y amigos, una mezcla de amiga-madre-abuela, (¡y que sabe coser!), ¡especie no muy abundante! Tú también eres Mujer de Mil batallas.
Quizá haya pasado algo más, pero como no lo recuerdo no será muy importante.
Mañana es el cumple de mi Juan preferido, ¡Felicidades guapo!, te llenaré de besos y achuchones a tu pesar.
Próxima semana 1 año de mi "mamosustografía" y además, visita revisión oncóloga, ya me he hecho las analíticas. Prometo contaros.




domingo, 2 de marzo de 2014

EL MIEDO

"Debes rebajar el miedo al mínimo, porque el miedo es caníbal, se alimenta de la inteligencia, la devora y no te quedará suficiente para aprender y existir en toda tu plenitud.  Cuando tengas miedo expulsa todo el aire que puedas en una bolsa de plástico, ciérrala fuerte y tírala lejos.  Luego levanta la mano al cielo y coge un trozo, no olvides que también es tuyo."
EL CIELO HA VUELTO. Clara Sánchez

El otro día os hablé del miedo. Pues bien, un rato después leyendo me encontré con el párrafo anterior, me gustó mucho y dice con bonitas palabras lo que yo siento.
Esto no quiere decir que sea fácil desprenderse de él.
En una cercana conversación con una mujer que tuvo cáncer de pecho hace 11 años, ella me decía que todavía no se le ha ido el miedo, que cualquier cosa que le pasa, una visita médica,...vuelve a aparecer.
Claro que la entiendo, a mí me pasó lo mismo el otro día. Me sorprendí conmigo misma pues pensaba que estaba emocionalmente más fuerte.  Aunque después del testimonio de esta mujer no puedo más que pensar que todavía no hace un año del momento de recibir la primera sospecha del cáncer.  Concretamente el 18 de marzo del 2013 me hicieron la mamografía y ecografía y me dijeron por primera vez que había algo "sospechoso".
Supongo, entonces, que es normal sentirme frágil y que lo tengo que aceptar como parte del proceso. Pero la incertidumbre de lo que pueda pasar te quita fuerzas, te paraliza, te devora y no te deja vivir con plenitud. Tendré que probar a expulsar  aire en una bolsa y tirarla. Después cogeré un trozo de cielo e intentaré mirar desde otra perspectiva.

(Cuando escribo estas cosas pienso: ¿Realmente esto puede interesar a alguien?)