martes, 30 de septiembre de 2014

NO TENGO NADA MAS QUE DECIR

Esta mañana mamografía (la primera desde el diagnóstico) y ecografía (la segunda), ¡TODO ESTÁ BIEN!!!
Mañana analíticas y el 15 con todo ello a la oncóloga, pero con lo de hoy ya se que todo va bien, de nuevo se ha demostrado que no hay que preocuparse sino ocuparse, de nuevo el miedo se dispara y te hace sentir lo que no tienes, de nuevo te deslizas y caes de esa resbaladiza tabla en la que estás situada,
Un orfidal ayuda a mantener el control pero ahora necesito una pequeña siesta para retomar las fuerzas e irme al banco de libros.
Wasap de Paula cuando le he dicho que todo está bien:
"Grande mamá, (iconos varios de potentes biceps), toda la fuerza que no tienes físicamente que es nula la tienes psicológicamente (caritas sonriendo). Solo te falta vivir locamente como yo. (soles varios)"
Paula, 16 años

viernes, 19 de septiembre de 2014

18 SEPTIEMBRE DE 1992

Efectivamente, acababan de pasar las olimpiadas de Barcelona 92, a Bicis (y digo Bicis y no Jesús porque para mí no es un mote, es "mi Bicis"), y a mí se nos había ocurrido casarnos este maravilloso día.
Estábamos agotados y no por participar en las pruebas de atletismo o similar si no más bien por estar todo el verano reformando nuestro queridito pisito de la C/ Delicias. Ese que compramos a pesar del olor a sardinas con el que nos recibió la primera vez y del que nos enamoramos a primera vista, o mejor de su salón-chimenea más propio del valle de Benasque que de Delicias,5.
Hoy hace 22 años que decidimos compartir con un montón de gente (y digo montón) en una boda casi gitana, por la duración de la misma, que nos queríamos, que íbamos a vivir juntos todo lo que en el camino nos fuera sorprendiendo (¡y vaya capacidad de sorpresa que está teniendo el puñetero!!), que queríamos divertirnos y aburrirnos juntos, que nos cuidaríamos tanto los días buenos como los malos, que necesitábamos que los buenos amigos y la familia estuvieran junto a nosotros..
Pero realmente hace 25 años que nos conocimos, que jugamos como chiquillos y con ellos en Sancho Abarca, que miramos las estrellas juntos cuando todavía no nos atrevíamos a mirarnos nosotros,  que nos hacíamos infusiones como excusa de algún beso robado (¡hemos vuelto a las infusiones como en aquellos tiempos, viva el té verde!!!). ¡Qué pintas tiene este chico!!, me dijo mi madre cuando lo conoció. ¡¡Jo, mamica!!, ¿quién te iba a decir a ti lo que has querido y quieres a tu yerno?.
Apostamos juntos por las diferencias entre ambos, apostamos por compartir paraguas de estrellas, apostamos por continuar juntos un camino que sin darnos cuenta habíamos comenzado, todavía no me explico cómo...Porque ¡éramos tan distintos!: la medida-la desmedida, la recta-la curva, la flexibilidad-la rigidez, la organización-la improvisación, lo blanco-lo gris, la locura-la cordura...
Y por el camino nos hemos echado a la mochila dos mujercitas que han completado nuestros sueños y nuestras realidades. Como muy bien dices: "Las hijas sacan lo peor y lo mejor de nosotros mismos". Es así, pero lo peor se olvida y te quedas siempre con la satisfacción de verlas a tu lado, felices, alejándose de tu senda cada vez un poquito más, superando conflictos, aprendiendo a manejar sus propias emociones,...
Este es mi regalo hoy. Decirte que quiero que sigas a mi lado, agradecerte que estos dos difíciles últimos años no has dudado ni por un segundo que todo iba a ir bien, que las dificultades nos han hecho más fuertes aunque también un poquito menos soñadores, que has seguido aquí junto a mí incluso cuando yo no encuentro por dónde avanzar, que no te importa empezar mil veces, seguir planificando, seguir creyendo que todo va a estar mejor, que si no llega a ser por ti, no se si mis fuerzas me hubiesen dejado llegar.
Hace 2 días hizo un año de mi última quimio. Ya tengo rizos, aunque tu lo sigas dudando. Estamos en otra etapa, a veces pienso que esto no tiene fin (a pesar del título de este blog), ahora otra vez pruebas, revisiones,...Vuelven a ser momentos difíciles. Y aquí estamos negociando los horarios de pilares con una pesada adolescente, empezando el instituto con nuestra pequeña e intentando encontrar algún que otro momento para dedicarlo a nosotros, ¿será posible?.
TE QUIERO y espero que podamos volver a celebrar otros 25 años juntos.


martes, 2 de septiembre de 2014

RAMÓN, MI PAPI

Bueno, Agosto ya ha pasado. Otro verano distinto, esta vez bastante pendientes de los abuelos.
Supongo que por lógica, llega una etapa de tu vida en la que tus padres, los abuelos de tus hijas, se hacen mayores, y con ello comienzan a sucederse una serie de "fenómenos" que antes ni te habías planteado.
Ellos van envejeciendo, enferman, pasan de ser cuidadores a necesitar ser cuidados, viven su vida un poco más lejana al barullo que les rodea,...y nosotros pasamos a ser cuidadores, cocineros, responsables de intendencias, tomadores de decisiones...
¡Cuánto echo en falta ir al pueblo a no hacer nada, a mesa puesta, a ropa limpia, a casa organizada...! ¡Qué pena da...mamita! Es otro momento, en el que los que éramos marineros pasamos a ser capitanes del barco.
Nos queda la satisfacción de contribuir a cuidarlos, a que se sientan bien, queridos y que vuelvan a esperar con deseo el próximo fin de semana que "vendrán las chicas".
Y en medio de todo este escenario está Ramón, mi padre, abuelo que también ha pasado de ser mero actor a dirigir la película.
Hace tiempo que quería dedicarle una entradita, se la merece.
Toda su vida trabajando, organizado hasta la exageración, responsable hasta agotar, puntual como ninguno, nervioso, activo, hortelano de escuadra y cartabón, con todo su alrededor planificado y perfecto. Y ahora... una parte importante de su vida se le ha caído, su Pilar (nunca mejor dicho), su planificación ha fallado, cada día es un reto a pasar, su organización ya no sirve, hay mucho más que organizar,...
Pero, ahí lo tenemos, dirigiendo la nave, enfermero, cuidador, cocinero, a ratos hortelano, marido, padre y abuelo. 
¡Qué grande eres papá! ¡Qué bien lo estás haciendo!
A pesar de tu sordera (impresionante) cómo has escuchado las nuevas necesidades, como te has adaptado a la nueva situación, al principio con incertidumbre y miedo, como todos, ahora con empeño, ganas y determinación. 
Gracias a ti, la mamá cada día se levanta en su cama, se sienta en su sillón, come en su cocina, revive en sus recuerdos y sonríe en la placeta con sus vecinas.
Ella no te lo puede agradecer pero sabe perfectamente que tú estás, que te tiene a tu lado. Vives con ella y por ella porque así lo has querido desde hace 50 años. 
Gracias papá en nombre de la mamá.